viernes, 6 de mayo de 2011

Pero aquí estoy yo

Se oyen a lo lejos los tintineos de tus pasos
que arden la hierba poblada en un sendero
hastío de golpes pardos, de nubes oscuras,
de lluvias sucias por aguas estancadas
en el vertedero de una vida.

Y con la intensidad de una balada
que acompaña la única conversación
que últimamente mantengo con mi alma,
se desvanecen los sonidos de tu cuerpo,
se diluyen con la niebla del alba.

Pero aquí estoy yo, plantado en el camino,
volviendo sobre mis pasos para hallar en cada andada
los errores cometidos y las palabras calladas.

Tal vez mirando a los lados
encuentre resquicios de una vida que se perdió
en algún lugar de las esperanzas,
tal vez mis gritos desesperados
me cuenten el olor a podrido que emanó
mi lamento de añoranza.

Pero aquí estoy yo, sentado en la arena orinada,
haciendo recuento de las huellas
que has dejado en cada grano de dolor
que se engancha a mi piel
como garrapata a un perro vagabungo.

Sonidos silenciosos explican a la ignorancia
la existencia de una puerta abierta,
por donde suelen entrar recuerdos
y salir personas escoradas por mentiras.

Pero aquí estoy yo, ladrando a la puta luna,
que me sonríe con manchas oscuras,
que se ilumina por la luz de otro lar que no es el mío.

Peinaré mis dedos inertes de tacto
para rasgar tu piel que quedó en mi piel,
y luego te contaré lo feliz que soy en la distancia
con lágrimas manchando una cara arrugada
quan zorra de carretera abandonada en el arcén.

Pero aquí estoy yo, esperando, esperando...