viernes, 8 de noviembre de 2013

Vida

Publiqué bajo falsos nombres
historias no vividas.
Le puse adornos a la mierda,
palabras al silencio
y a la verdad, mentiras.
Escuché de necios sencillos sueños,
ignoré de sabios verdaderas alegorías,
hablé sin tener nada que decir
y callé cuando menos debía.
Pues ahora deja que te cuente, amigo,
que mi nombre es simple así como mi día a día.
Y permite que me exprese como quiero,
y permite que me calle para poder vivirla.
Ya te contaré cuando todo acabe,
o ya me contarás algún día...