viernes, 18 de enero de 2013
Hoja de otoño
martes, 15 de enero de 2013
Hablemos conmigo mismo
Un día cualquiera, revisando las estadísticas de mi blog para ver si a alguien le importa lo que escribo, me planteo que cabe la posibilidad que tan sólo me importe a mí. Y no me parece mal, ya que por fin he aprendido a ser relativamente egoísta en pro de mi felicidad. Cuando he luchado por la felicidad de los demás, lo único que he conseguido es eso, la felicidad de los demás, y en ocasiones ni eso.
Así que un día piensas: ¡Qué coño! ¿Y yo qué? Ya que personas contadas han luchado para que yo viva mejor. Mi familia es un tema aparte: un pedestal, personas de otro grupo, casi ni son personas para mí... son una extensión de mi ser.
Y llegas a los 34 años. A veces se tiene la sensación de que debes darte prisa en hacer las cosas que quieres. O en dejar de postergar la búsqueda de la plenitud porque ya no queda tanto tiempo.
Entonces llegan las preguntas: ¿Qué quiero? ¿Cómo? ¿Con quién? ¿Con alguien? ¿Cómo es posible tener respuestas si ni siquiera sé qué preguntas quiero hacer?
¡Venga! Vamos a construir un muro de contención para que lo poco que tengo ahora no se escape. De esa forma surge el problema que un muro no deja salir, pero tampoco deja entrar.
¿Y si le hago una puerta? De esa forma podré abrirla para que entren cosas nuevas... pero... se podrían escapar las cosas que tengo sujetas... ¡Vaya! El muro no sirve, pero vamos a mantenerlo por si acaso... En resumen: una tontería de monólogo interior sin conclusiones.
E insisto una y otra vez en no ser un hombre gris. Siempre he dicho que no quiero una vida común. No quiero perder mi tiempo encerrado en una puñetera oficina. No quiero acabar de trabajar y volver a casa. No quiero trabajar para que los ricos se hagan más ricos. No quiero la monotonía del día a día...
Y de golpe aparece una preciosa mujer: dulce, cariñosa, sensual, inteligente, avispada y preciosa. Sólo la he visto una vez, pero tengo la sensación de que podría ser algo especial, que no es que abra la puerta de mi muro, sino que directamente lo tira abajo. Tuve la oportunidad de abrazarla y ver cómo se acurrucaba sintiéndose protegida. Fue una sensación que casi no recordaba. Puede que quiera empezar algo especial, si es que ella también quiere...
Y ahora pienso... ¡oye! Ya buscaré las respuestas y las preguntas el año que viene... total... sólo tengo 34 años ;)
Tengo algo que decirte
martes, 8 de enero de 2013
Ahora que es otro el que te ama
Podrás compartir canciones, llantos, cama... podrás cumplir tus sueños, podrás mojar la almohada de ilusiones incumplidas o de retos por cumplir. Y no podré ayudarte... porque ya no formo parte del presente.
Pero en algún momento paseando por una calle, al oler un perfume, al cruzar un puente, al escuchar nuestra balada, al sentir una caricia por tu espalda volveré a aparecer como una sombra que motive tu sonrisa.
Él podrá preguntarte por aquel momento que hizo brillar tus ojos... y le mentirás, le dirás que no fue nada. Y lo agradeceré, porque hay cosas que nunca debemos compartir.
No es posible repetir el momento en que arrinconada en mi cama con cuerpo sudoroso, me dedicaste tu silencio, tus ojos bien abiertos, tu respiración exaltada. No es posible repetir el momento en que, exhausto y sin complejos, te dediqué mi cuerpo y te entregué mi alma.
¿Sabes una cosa? Intenté volver a asomarme a tu vida, a dejarme caer por tu intimidad aunque ya era demasiado tarde. Tenías pareja, tenías casa, perro y un futuro sin mí. Es normal... las flores crecen en primavera... algunas dan frutos y otras tan sólo mueren colaborando en la belleza efímera de unos tiempos que ya pasaron.
Y mientras yo, mendigando amor y evitando las esquinas disperso mi vista en otros lares que no sacian mi hambre de ti.
(ay...) Camino cabizbajo contando las baldosas del suelo que piso y dejo atrás...
Ahora que es otro el que te ama, ahora que le dedicas tu vida a un ignorante de nostalgias he decidido cruzar ese puente, donde la orilla es tan lejana que no me permite volverte a ver, aunque el equipaje es demasiado pesado como para huir corriendo.
(Silencio)
Niebla, sombra, pasado, mirada, canción, caricias caducadas es todo lo que queda ahora que es otro el que te ama... ahora que es otro el que te ama...