Qué bonito el despertar
cuando tienes llena la vida,
pero qué triste vuelve a ser
cuando creo que ya no es mía.
Y me retuerzo en una cama
cada vez más fría y extraña,
y me levanto en una casa
con paredes, sin ventanas.
Pero qué bonito el despertar
si tuviera aquí tu alma,
pero qué triste vuelve a ser
cuando un sueño ya no es nada.
Y lamento no haberte encontrado
hace años por el camino
cuando buscaba por extraños lares
un amor que nunca ha sido mío.
Pero qué bonito el despertar
si los caminos se cruzaran,
pero qué triste vuelve a ser
cuando la realidad socaba
la bofetada del viento,
en forma de lágrima, en mi cara.
Y siento que estoy perdido
pues no recuerdo mis andadas,
pues no puedo volver,
no puedo avanzar,
sin ti no puedo nada.
Qué bonito es el camino
cuando te hace sentir digno,
qué triste lo caminado
para caer en el olvido,
qué raro es tenerte sin tenerte,
y qué raro es vivir sin estar vivo...