viernes, 18 de junio de 2010

La vagabunda


Piernas rota,
cabeza abierta,
brazos inútiles
y manos sangrientas.
Risas rajadas,
sucia vestimenta,
cabellera atada y cintura grasienta.
Cejas que no son cejas,
venas bien hinchadas,
nariz llena de granos
de personas degradadas.
Vive entre basura,
su cuerpo lleno de hiedra,
su casa es de cartón
y su vida es una mierda.
Vive que no vive
pero vive entre la selva
de entre hormigón y piedras,
donde le cierran las puertas.
¿Sociedad de consumo?
A quien consumen es a ella
que no tiene un puto duro
y ya debe varias letras.
Si esto es la sociedad
que venga dios y lo vea:
sólo ve la suciedad y gente que no recuerda
llevando dinero a los pobres,
llevando dinero a la iglesia,
y se olvidan que aquella guarra
por hambre ya medio muerta.
Y la gente que no es gente,
que ni mira por vergüenza:
vergüenza no soltar un duro
por no manchar la vestimenta
con sus dientes afilados
aspirando su sangre infecta.
Veinte duros en el cesto
y se los quitan para fiestas.
Ladrones con maletín,
prostitutas bien vestidas,
grandes casas con su sudor
mientras ella delira.
Reyes sin saber por qué,
gobierno de los ricos:
igualdad para los que tienen,
ni un duro para sus hijos.
Y se queja con razón de nuestra mentira eterna,
y se queja dando gritos: esta vida es una mierda.

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